
Es un día entre semana. Pasadas las once. La casa está en silencio y piensas que es mejor dejar ya la basura bajada que tenerla toda la noche en la cocina. ¿en zapatillas?...buah, qué más da....¿en pijama? ...pero quién me va a ver!!!. Y cuando se abre el ascensor, oh sorpresa... dos pares de ojos te miran extrañados. Así que dejas que bajen solos y esperas otro ratín a que el ascensor vuelva a subir a por ti, vacío.
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